FORMAS DE NAVEGAR. RELACIÓN DEL BARCO CON EL VIENTO

Dirección del viento y rumbo del barco. Amurado a estribor y amurado a babor. Orzar. Arribar. Ceñir. Navegar de través. Navegar a un largo. Navegar en popa. Bordada. Alargarse el viento. Escasear.

La navegación a vela requiere de una especial sensibilidad. Parte se adquiere con la práctica y la restante necesita de unas especiales cualidades personales. Precisamente son estas últimas las que marcan las diferencias entre un experto y un regatista de élite A diferencia de otros deportes, la ejercitación de la vela apenas tiene limitaciones por razones de edad, aunque una buena condición física ayuda, como en cualquier otra faceta de la vida. Es conocido el ejemplo de un campeón olímpico que llevaba de proel a su nieta. También el de sexagenarios que han escrito gestas brillantes sobre las cubiertas de sus veleros. La capacidad de concentración, la resistencia, la inteligencia, el autocontrol y, por supuesto, los conocimientos basados en la experiencia son los mayores tesoros de un regatista Cualquier barco a vela tiene limitada su capacidad de avance hasta el momento en que el ángulo que forma su proa con la dirección del viento alcanza un determinado valor. En la figura de la página siguiente, este ángulo a banda y banda del eje del viento está marcado por el sector rojo. Para un barco velero dotado de un eficaz aparejo moderno y de apéndices (orza y timón) adecuados, la amplitud del sector rojo tiene aproximadamente un valor de 60o. Es decir, que a menos de aproximadamente 30° de ángulo entre la proa y el eje del viento la embarcación no consigue progresar, retrocede y abate.

Cuando se abre el ángulo hasta el valor preciso para que el velero avance manteniendo constante ese ángulo, se dice que navega de bolina, de ceñida o ciñendo. Cuando éste ángulo se lleva a su valor límite, se dice que estamos ciñendo a rabiar El valor del ángulo de ceñida es distinto para cada embarcación, y vale muchos más grados para un velero con aparejo cruzado Si ceñimos recibiendo el viento por estribor, se afirma que nos encontramos ciñendo amurados a estribor, y cuando lo recibimos por el otro costado, ceñimos amurados a babor A partir de la posición de ceñida, si abrimos el ángulo que la proa forma con el viento, hasta que entre por el través, y mantenemos el ángulo constante, navegaremos a través o a la cuadra, amurados a estribor cuando el viento nos entre por dicho través y amurados a babor si el viento entra por el contrario. En la posición intermedia entre la ceñida y el través, se dice que navegamos a un descuartelar, amurados a estribor o babor según el costado por el cual entra el viento.

Aumentemos el ángulo con el viento hasta recibirlo por la misma popa. Navegar de este modo se conoce como navegar en popa cerrada. La posición en que se encuentra la botavara nos indicará cómo estamos amurados. En este caso concreto, navegamos amurados a la banda contraria a la que está abierta la o las botavaras. En la figura de la izquierda, la embarcación está amurada a estribor porque su botavara está abierta por babor. Los reglamentos dan prioridad de paso a los barcos amurados a estribor. Por esta razón, cuando en una regata dos embarcaciones llegan igualadas a una baliza navegando en popa cerrada, procuran hacerlo con la botavara abierta por babor, o sea, amurados a estribor, para no estar obligados a ceder el paso. A las posiciones intermedias entre el través y la popa cerrada se les llama navegar al largo o a un largo, amurados a estribor o babor, según la banda por donde entre el viento. Partiendo de cualquier posición, cuando el barco cambia la dirección de su proa y como consecuencia disminuye el ángulo que forma la proa con el viento, se dice que orza Por el contrario, si el cambio de dirección de la proa supone un aumento del ángulo que forma la proa con el viento, se dice que la embarcación arriba

Cuando se desea alcanzar un punto que se encuentre a barlovento de nuestra posición, lo haremos dando bordadas o haciendo bordos que tiene el mismo significado. Consiste en navegar tramos de ceñida, alternando una y otra amura, hasta alcanzar la posición deseada. La figura muestra dos formas de llegar a la baliza de barlovento haciendo bordadas. Si el viento cambia su dirección, se dice que rola. Cuando por efecto de un role el viento aumenta el ángulo que forma con nuestra proa se dice que se alarga. También puede decirse que el viento rola a la buena. Por el contrario, cuando por efecto de una rola- da, no de un cambio de rumbo, el viento disminuye el ángulo que forma con nuestra proa se dice que escasea, o que rola a la mala

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