CARACTERÍSTICAS DE LAS FACHADAS REVESTIDAS DE PIEDRA

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Las fachadas de piedra vuelven a estar de moda por ser un elemento natural, ecológico y con gran inercia térmica. Esto último significa que le cuesta mucho entrar en calor, pero una vez caliente se mantiene durante muchas horas a esa temperatura sin enfriarse, lo que permite calentar la vivienda como si dispusiésemos de calefacción.

Las fachadas de piedra tradicionales son las formadas por mampostería con junta de mortero de cemento. Pero también podemos tener fachadas de piedra artificial en forma de paneles, para revestimientos exteriores del cerramiento. Y así damos al revestimiento un toque de naturaleza y calidad.

Podemos elegir entre una gama de acabados de piedra como elemento resistente o simplemente ornamental. Si utilizamos la piedra como elemento resistente para soportar el peso del tejado o las placas de las viviendas, tendremos la desventaja de que los huecos para ventanas deberán ser pequeños, y sus interiores serán oscuros y húmedos. A cambio, tendremos un muro que nos durará cientos de años en perfecto estado y sin realizar tareas de mantenimiento.

Por esa razón la piedra se utiliza cada vez más como elemento decorativo en forma de placa exterior de pizarra, granito o aplacado de mármol. Y constituye un buen revestimiento exterior para las fachadas ventiladas, que son las más eficientes del mercado y las que generan un buen ahorro de energía al retener el calor dentro de la vivienda.

El único inconveniente de las piezas de roca está en su transporte. Es un material pesado, y el traslado desde una cantera lejana puede encarecer su instalación. Por eso se fabrican paneles artificiales de cemento, que simulan piedra decorativa, tanto en textura como en forma y tamaño, por ser más ligera, económica y fácil de colocar.

Las Fachadas de Piedra natural son recurridas porque el material es duro y duradero, lo que significa que no se deja atacar fácilmente por los agentes atmosféricos como la lluvia, la contaminación ambiental o las salpicaduras de los coches. Hay tal variedad de diseños, formas y colores que las posibilidades de decoración son inmensas, sin contar con el carácter que confiere al exterior de tu edificio, cosa que no logra ni el ladrillo ni el hormigón.

La piedra tiene una gran resistencia a la compresión, lo que evita abombamientos por causa del peso del tejado. Y además su bajo nivel de porosidad evita que el muro absorba el agua exterior, lo que ayuda a que no penetre la humedad en el interior de la vivienda.

Además es aislante del ruido exterior y no le afecta el fuego. La prueba la tienes en que cuando se incendia una casa antigua, lo primero en derrumbarse es el techo, sin embargo los muros de piedra siguen intactos una vez sofocado el incendio.

 

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